jueves, 27 de febrero de 2014
La necesidad de mentir
Sabemos que la tierra es redonda pero, que las sirenas, brujas, vampiros ó cualquier cosa que pensemos que es irreal, resulta que son ciertas, es muy exagerado pero hay vídeos, estudios y hasta antiguas pinturas rupestres que aseguran la existencia de sirenas, y si fuera así en que mas cosas nos habrían mentido, y por que lo hacen, quizás es simple miedo a la reacción de la humanidad, en el caso de las sirenas, el echo de no querer ser descubiertos puede ser un motivo bastante lógico pero creo que nos mienten y lo seguirán haciendo si no hacemos algo, pero seguiremos así nacidos para morir, por que a veces es mejor una verdad que duela que una mentira que quizás luego duela aun mas...
miércoles, 26 de febrero de 2014
¿Arte?
¿No es a caso el arte una exageración exagerada de la propia exageración?¿La música no es la exageración de los sonidos que encontramos frutos de la naturaleza o del azar?¿No son el teatro, la novela y la poesía hipérbatos de las reacciones y sentimientos humanos?¿No tiene un cuadro colores más vivos u oscuros dependiendo de la visión de la realidad del pintor?
Al fin y al cabo ¿Qué es el arte?¿Arte es vida?¿muerte?¿Arte es dolor?¿Amor tal vez?¿Felicidad? ¿Somos arte?
Los seres humanos tendemos a exagerar lo exagerado y por tanto, a perdernos en el mismo.
¿El arte existe?¿El arte es algo que el ser humano crea o el ser humano es parte del arte, quedando por tanto reducido a un puro medio para llegar a la belleza?¿El medio es considerado arte?¿El medio es bello o monstruoso?¿La belleza es arte?¿El arte existe?¿Nosotros existimos?
Al fin y al cabo ¿Qué es el arte?¿Arte es vida?¿muerte?¿Arte es dolor?¿Amor tal vez?¿Felicidad? ¿Somos arte?
Los seres humanos tendemos a exagerar lo exagerado y por tanto, a perdernos en el mismo.
¿El arte existe?¿El arte es algo que el ser humano crea o el ser humano es parte del arte, quedando por tanto reducido a un puro medio para llegar a la belleza?¿El medio es considerado arte?¿El medio es bello o monstruoso?¿La belleza es arte?¿El arte existe?¿Nosotros existimos?
lunes, 24 de febrero de 2014
No dejes de soñar
Hoy
vengo a hablaros de la última canción de Manuel Carrasco, titulada “No dejes de
soñar”.
En
ella, habla de que nunca hay que dejar de luchar por lo que se quiere, de no
rendirse, de que no siempre se gana, ya que, en ocasiones, perder es una
victoria.
Quisiera
explicaros, desde mi punto de vista, el significado de alguna de las frases de
la canción:
-
“Pusiste todo el corazón, al final todo
salió mal”. En más de una ocasión, guiarse por el
corazón es una buena opción, pero no siempre es la mejor. Lo ideal sería una
mezcla de corazón y razón, aunque es bastante complicado llegar a un consenso
entre ambas. Hay que ser consciente de que, a pesar de que nos guiemos por el
corazón, nos arriesgamos a que las cosas no salgan como queremos.
-
“Cuando preguntes el por qué, comienza
por pensar en ti”. Soy de las que piensa que, para llegar a un
estado de paz y felicidad, hay que pensar en uno mismo. ¿La razón? Nunca
conseguiremos ser felices si hacemos las cosas sin pensar en nosotros, ya que
podemos seguir a algo o a alguien que actúe de cierta forma que no nos llene de
la misma manera que si siguiésemos a algo o alguien que actuase guiándose por
unos principios parecidos a los nuestros.
-
“El corazón se equivocó, pero tu amor
era verdad”. Muchas veces, ponemos todas nuestras ganas
en algo, pero no sale bien. En este caso, podemos poner todo el corazón para
intentar que una persona nos corresponda con su amor, aunque el rechazo no
significa que nosotros no estemos equivocados en nuestros sentimientos o en
nuestra manera de ver las cosas con respecto a lo que sentimos, el rechazo
puede significar una victoria, una puerta a volver a sonreír.
-
“A veces tienes que perder, para luego
poder ganar”. El hecho de que pierdas una batalla, no
implica que pierdas la guerra. Depende de cómo se mire, una derrota puede
significar una victoria. A veces, tenemos que perder para darnos cuenta de que
nosotros valemos más que el sueño por el que estábamos luchando, lo que no
significa que debamos de rendirnos.
-
“¡No dejes de soñar!”.
Nunca, a pesar de lo que pase, dejes de soñar. A veces, los sueños son los que
más nos ayudan a seguir adelante, a creer que podremos ser felices. Considero
que los sueños son la fuerza de la gente que lucha por lo que quiere, por lo
que cree que es justo o, simplemente, por ser libre.
Para
mi gusto, es una de las canciones más bonitas que tiene Manuel Carrasco. Me
transmite muchas sensaciones, todas buenas. Es de esas canciones que te
levantan el ánimo cuando estás mal. Llena de positividad y de buen rollo. De
esas que uno no se cansa de escuchar.
Con
respecto al videoclip, diré que está genial. No me ha decepcionado en ningún
momento. Para mi gusto, se corresponde mucho con la letra de la canción.
http://www.youtube.com/watch?v=gg7odj4FpVE
Chica Blue
martes, 18 de febrero de 2014
El cielo está en cualquier lugar
Lennie
Walker, de diecisiete años, lectora empedernida y fanática de la música, es
segundo clarinete de la banda de su instituto. Vive feliz y sin contratiempos a
la sombra de Bailey, su impetuosa hermana mayor. Pero cuando Bailey muere
repentinamente, Lennie se convierte en protagonista de su propia vida… Y,
aunque nunca había salido con ningún chico, de pronto se encuentra intentando
compatibilizar a dos. Toby era el novio de Bailey; Lennie se identifica con el
dolor que siente. Joe es el chico nuevo del pueblo, acaba de llegar de París y
su sombra casi mágica solo puede compararse con su talento musical. Para Lennie
son el sol y la luna: uno la saca de su pesar mientras el otro le ofrece
consuelo.
Aunque,
al igual que los propios cuerpos celestes, si llegan a chocar, estallará el
mundo entero.
El cielo está en cualquier lugar,
primera novela publicada de Jandy Nelson, habla de la lucha de Lennie por
encontrar su propia melodía en medio del ruido que la rodea, es un canto al
amor y un retrato de la pérdida de un ser querido a partes iguales, sincero en
todo momento, a ratos divertidísimo y, en el fondo, inolvidable.
Para
mi gusto, es de esos libros que te engancha desde el principio, de esos que no
quieres dejar de leer. Se trata de un libro lleno de tristeza y melancolía que,
en más de una ocasión, te hace reír a carcajadas.
Se
trata de un libro narrado en primera persona, por Lennie –John Lennon, como la
llama Joe en más de una ocasión-, la protagonista de la historia, que sufre por
la reciente pérdida de Bailey, su hermana mayor.
Como
personajes importantes de la novela, tenemos a Joe Fontaine, el “nuevo” del
pueblo, y a Toby, el novio y prometido de Bailey.
Lennie
se enamorará perdidamente de Joe, un chico francés que acaba de mudarse de
París. Se trata de un chico lleno de energía, que tendrá preparada una sonrisa
en todo momento, aunque sea complicado estar bien. Es de las pocas personas,
por no decir la única, que podrá guiar a Lennie fuera de su oscuridad interior.
Por otro lado, tenemos a Toby, que, como ya he dicho, era el novio y prometido
de Bailey. Lennie se refugiará en él para aplacar el dolor que siente. Ambos se
encuentran destrozados, uno por la pérdida de su amor, y la otra, por la falta
de su hermana. Debido a la mutua comprensión, comenzarán una especie de
relación amorosa.
En
ocasiones, la relación Toby-Lennie puede ser malinterpretada, por el hecho del
tipo de relación que les unía, pero creo que antes de empezar con el libro,
habría que desechar todo tipo de prejuicios respecto a este tema, así podréis ver
la relación de otra manera totalmente diferente.
La
figura de Bailey está presente en prácticamente toda la novela, debido a los
fragmentos de poemas que Lennie dedica a su hermana, e incluso con las
conversaciones que ambas mantuvieron pensando en su madre, que las abandonó
siendo bien pequeñas.
En resumen: se trata de una novela conmovedora, preciosa y épica, que jugará con tus
sentimientos todo el tiempo. Mostrándonos el dolor, la pérdida, el amor, la
amistad, la culpa; y como todos ellos pueden converger en un mismo corazón.
lunes, 17 de febrero de 2014
El peor día
hay momentos en la vida que nos hacen avanzar, otros no echan aun mas para atrás.
Me gustaría mirarlo todos los días y seguir viéndole feliz, como siempre lo era, cariñoso pero ese día fue distinto al resto fue el peor con diferencia después de darme cuenta varios días atrás, que ya no era el mismo estaba apagado estaba sufriendo y yo no podía hacer nada para ayudarlo, llamaría al veterinario, aun que casi no tenia fuerzas para marcar los números, llorando, por el miedo de ser demasiado sensible como siempre he sido, pero lo haría por el...
Muchos no entenderán lo doloroso que puede llegar a ser perder una mascota, el mejor compañero, mi mejor amigo, te quiero pequeño
Me gustaría mirarlo todos los días y seguir viéndole feliz, como siempre lo era, cariñoso pero ese día fue distinto al resto fue el peor con diferencia después de darme cuenta varios días atrás, que ya no era el mismo estaba apagado estaba sufriendo y yo no podía hacer nada para ayudarlo, llamaría al veterinario, aun que casi no tenia fuerzas para marcar los números, llorando, por el miedo de ser demasiado sensible como siempre he sido, pero lo haría por el...
Muchos no entenderán lo doloroso que puede llegar a ser perder una mascota, el mejor compañero, mi mejor amigo, te quiero pequeño
miércoles, 12 de febrero de 2014
Miradas.
Después
de tanto tiempo, hemos aprendido a convivir con las miradas de envidia que
mucha gente nos manda.
¿Por
qué lo hacen? Porque ellas no han sido capaces de conquistarte a su manera como
lo he hecho yo.
Nunca
entenderé qué fue lo que hizo que te fijaras en mí, no sé si fue una mirada,
una palabra, un gesto o una sonrisa.
No
hace falta que me expliques qué pasó para que me mirases de otra manera, para
que me besases cómo si no hubiese mañana, para que me abrazases por si al día
siguiente no me veías.
No
quiero saberlo por la sencilla razón de que tú tampoco quieres saber mi parte.
Alguna vez me has oído decir que tus manías me encantan, que tu risa me
fascina, que tu sola presencia me hace feliz.
Lo
único que quiero que sepas es que no quiero perderte nunca, que eres más que la
razón de mi sonrisa, más que las ganas de madrugar, más que todas las cosas que
una persona puede soñar. Porque no sé cómo explicarle al mundo entero que te
quiero y me apetece un futuro a tu lado.
Quiero
decirte que gracias por estar ahí en todo momento, por hacerme entender que una
mirada puede valer más que mil palabras, por sacarme una sonrisa a diario, por
aguantar mi mal humor, simplemente GRACIAS por hacerme feliz y por no cansarte
de darme un abrazo, un beso, una caricia. Que sepas que me siento la persona
más afortunada del mundo. Que no necesito más que una llamada o un mensaje para
saber que todo está bien.
Porque
yo soy la única que entiende tus caras, tus miradas y tus picadas. Me has dicho
que solo la gente que te conoce bien, como yo, entiende tu comportamiento. Eso
me consuela haciéndome saber que nadie entenderá lo que les dices con la
mirada, porque hablar con la mirada es una de tus especialidades.
No
quiero ver cómo te vas sin mí, mirándome y asegurándome que me quieres y que tu
marcha se debe a que lo nuestro no tiene ni pies ni cabeza.
-Vuelve
y sigue aquí luchando por tus sueños –te pido mientras te alejas.
-¿Para
qué? ¿Para qué la gente siga haciéndome daño cuando te dice algo a ti?
-Sabes
que paso de ellos, que, aunque me duela, me hace fuerte.
-No
podemos estar juntos. Sabes que te haré daño en cualquier momento.
-No
digas tonterías. En ningún momento me has hecho daño y sabes que las cosas no
van a cambiar.
-Sí,
las cosas cambiarán el día que les diga algo.
-Mándales
una mirada y déjales planchados a todos.
No
me haces caso y sigues alejándote. Mientras lo haces, empiezo a tararear
nuestra canción porque me quedo sentada frente al mar, mirando las olas y
pensando en ti y en la manera que te conocí.
martes, 11 de febrero de 2014
Libres
No somos libres, nos mienten vivimos en una pecera engañándonos constantemente, si lo fuéramos de verdad no habría hambre en el mundo por que todos tendríamos los mismos derechos, nos limitan nos ocultan información, les merece la pena, prefieren tenernos en la pecera perfectamente controlados dejando que nos matemos unos a otros por un mismo fin por que todos queremos lo mismo, solo que hay gente que no sabe compartir el dinero que le sobra, cada vez se limitan mas los recursos y nunca seremos verdaderamente libres...
jueves, 6 de febrero de 2014
Me has roto los esquemas
Un
par de años después de nuestra ruptura, volvemos a encontrarnos por la calle.
Ambos vamos solos, pero esa sonrisa que llevas puesta me hace pensar que has
conseguido rehacer tu vida.
En
ese instante, recuerdo una llamada que recibí hace un par de meses. En esa
llamada fui informada de que estabas a punto de dar un paso importante en tu
vida, pero, de primeras, decidí no darle importancia. Hoy me doy cuenta de que
esa persona tenía razón.
-¡Hey!
¡Cuánto tiempo! –comentas dándome dos besos.
-Sí,
es lo que tiene que tomásemos caminos diferentes.
-Venga,
vayamos a tomar algo y así nos ponemos al día, que seguro que tenemos muchas
cosas para contarnos.
-Ambos
somos conscientes de que no es buena idea. Tengo cosas que hacer.
-No
seas así, te mueres de ganas.
-Eso
es cierto, pero tengo que ir a buscar a mi sobrina. Ya te llamaré algún día de
estos.
-Eres
tan cabezota que no lo harás, por tanto, te acompaño.
Consiento
que vayas conmigo, pero caminamos sin mirarnos. De vez en cuando, me haces
alguna pregunta, solo que yo decido no contestar a ninguna de ellas, puesto que
aún no soy capaz de reconocer mis errores del pasado.
-Andrea,
¿te pasa algo? –me preguntas para sacarme de mis pensamientos- Te noto
preocupada.
-¿Sabes
qué? Has roto mis esquemas. Eres parte de mi pasado y, desde que te fuiste de
mi vida, lo estoy pasando mal. Joder, no sé qué narices haces caminando a mi
lado.
-Dentro
de un rato te voy a buscar y me dejas conocer a esa princesa que dicen que
tanto se parece a mí. Espero que me dejes conocerla.
-No
se te va a arreglar verla. Me hiciste mucho daño engañándome con Adriana y ella
no debe saber por qué su padre no vive con nosotras.
-No
me puedes privar de ella, es mi hija. Tengo derecho a conocerla y criarla.
-Demasiado
tarde. Yo estoy haciendo las funciones de padre y madre. No te necesito a ti.
¿Quién me asegura que no la volverás a liar?
En
ese instante, descubro que mi sobrina viene corriendo hacia mí. Se echa a mis
brazos y me pregunta dónde se ha quedado la pequeña. La comento que está con la
abuela. Discretamente, te vas alejando. Cuando lo descubro, te doy una voz
asegurándote que te llamaré algún día.
-Ni
se te ocurra. Sabes cómo se va a comportar.
-Laura,
sabe de la existencia de su hija y está empeñado en verla. En cierto modo, le
comprendo.
-Ya,
pero si nunca se preocupó por ti, ¿por qué iba a hacerlo con Sofía?
-Es
su hija. Pero bueno, veré lo que hago. Reconozco que me ha descolocado que lo
sepa.
-Tata
–comenta Lara-, sé que mi prima, a pesar de que es pequeña, no quiere verte
mal. No quiero que llores, ¿vale?
Acaricio
la cara de la pequeña y, tras ponerla en el suelo, vamos caminando a casa de
mis padres. Vamos hablando de muchas cosas y, cuando llegamos, descubro que la
pequeña se ha quedado dormida en brazos de mi madre. La comento que Carlos sabe
de la existencia de la pequeña y quiere conocerla. Ella me dice que, a pesar de
que no me aconseja que le llame, no debo privarle de su hija. Con mucho
cuidado, me entrega a la pequeña y la miro embobada. Vuelvo a ser consciente de
que ella es lo mejor que me ha pasado en la vida y reconozco que fue buena idea
seguir adelante sola, a pesar de que estaba destrozada por la ruptura.
-Andrea,
te falta el babero –comenta mi madre-. ¿Qué es lo que te pasa ahora? Desde que
la has cogido, te noto embobada.
-Mamá,
encontrarme con él me ha partido los esquemas. Era consciente de que este
momento tenía que llegar, pero no estaba preparada.
-Por
más tiempo que pasase, no ibas a estarlo. Has de entender que, ya que lo sabe,
no puedes privarle de ella. Sofía surgió del amor que ambos os profesabais.
Estás viviendo el momento de mayor felicidad de una persona. Déjale que la
conozca y, si quiere, permite que te ayude a criarla.
-No
creo que sea buena idea, acuérdate de la llamada que recibí hace un par de
meses.
-Como
para olvidarla, pero estoy convencida de que se preocupará por ella. No seas
cabezota y dale el gusto.
No
digo nada, pero soy consciente de que mi madre tiene razón. Creo que Carlos
será buen padre, pero me da miedo de las consecuencias que puede traerme quedar
con él para que la conozca.
De
pronto, Sofía despierta con hambre. Mientras mi madre la prepara el puré, la
coloco bien en mi brazo y trato de tranquilizarla. Tras yo darla de comer,
Laura se despide, no sin antes pedirla a Lara que se porte bien, y se va.
Aprovecho
que Sofía se ha quedado dormida para subirme al piso a comer algo con Lara. De
primeras, mi madre se niega y quiere que me quede a comer en su casa.
-No.
Anoche preparé arroz con salchichas para las dos.
-Eso
ya me convence. Pensé que no tenías nada preparado.
-Estás
hablando con una persona precavida.
-En
eso has salido a mí.
-Venga,
Lara, coge la cazadora y la mochila de Dora y nos vamos.
Ambas
nos despedimos de mi madre y nos vamos al piso. Larita está casi más feliz que
yo. Se sienta en el sofá y la pregunto si tiene hambre. Asiente con la cabeza y
me sonríe. Saco el arroz con salchichas de la nevera y lo pongo a calentar.
Mientras espero que el microondas me avise de que la comida está lista para
comer, pongo el pijama a Sofía y la meto en la cuna. En ese instante, oigo el
sonido del microondas. “Justo a tiempo”, pienso tras taparla con una manta.
-Venga,
Lara, vamos a comer.
-¿No
puedo terminar de ver Dora? Enseguida acaba.
-Vale,
deseo concedido a la princesa.
-Gracias,
Tata.
Pongo
la comida en cada plato y, al terminar, descubro que Lara viene a la cocina
para preguntarme si comemos, que tiene hambre. Nos sentamos cada una en un
extremo de la mesa y charlamos durante toda la comida. Tras terminar el arroz,
la pregunto si la ha gustado lo que la he preparado.
-Estaba
delicioso.
-¿Te
apetece comer algo de postre?
-No,
Tata, estoy llenísima. ¿Puedo volver a ver la tele?
-¿Cómo
no vas a poder? Ahora enseguida voy allí y vemos los “dibus” juntas, ¿te
parece?
-Claro
que sí, Tata. Te quiero.
-Y
yo a ti, pequeña.
Me
pongo a recoger la cocina y, al cabo de un rato, me voy al salón y ella se
sienta encima de mí. Hago un poco de zapping por los canales de dibujos y
encontramos la película de La Cenicienta y la vemos juntas. A los diez minutos,
Larita se queda dormida sobre mí y, para no molestarla, pongo el móvil en
silencio. Tras ello, recibo un mensaje de texto. Es de Carlos y me pone: “Hola,
pequeña, ¿cuándo te apetece que conozca a mi hija? Porque espero poder verla.
Un beso”. Decido esperar un rato a contestarle, ya que, con el sonido de las
teclas, no quiero molestar a la pequeña.
Hacia
la mitad de la película, oigo que Sofía empieza a refunfuñar. Con mucho
cuidado, coloco bien a Lara y me levanto hacia la habitación de mi hija. Muevo
con cuidado la cuna con la intención de que vuelva a dormirse. Como no lo
consigo, la cojo en brazos y la llevo al salón. Al poco rato, Lara se despierta
y, como observa la escena madre-hija, se junta a nosotras. La doy un beso en la
frente y la pongo a mi lado.
Mientras
las tengo juntas, decido mandar un mensaje a Carlos para comentarle que, si le
parece bien, podemos quedar durante la tarde del día siguiente. Casi
instantáneamente, como si tuviese el móvil en la mano, recibo contestación en
la que me pone que, si creo conveniente, viene a casa durante la siguiente
tarde. Le digo que no es buena idea, que, ya que tengo que bajar por la tarde
al centro, le recojo donde él crea.
-Tata,
no quiero verte mal. Creo que no debes tener el móvil contigo.
-Pequeña,
aunque te explique mi cara mirando al móvil, no lo entenderás. No hace falta
que te preocupes por mí, ¿vale?
Me
da un beso en la nariz de esos que tanto me gustan y sigue viendo la tele. En
vista de que Sofía también ha vuelto a dormirse, la coloco en su cuna y decido
llamar a Carlos.
-Quiero
saber quién te ha hablado de tu hija –comento según me coges el teléfono.
-¿Piensas
que soy tonto? Cuando me echaste de casa, vi el predictor en la basura. ¿Acaso pensabas
que nunca me enteraría?
-Tú
no viste el predictor. Si le hubieses visto, me habrías pedido una segunda
oportunidad. Te conozco lo suficiente.
-Cambiando
de tema, espero que mañana no me dejes plantado.
-Podría
perfectamente hacerlo, porque no me fío de que tú vayas a aparecer.
Al
día siguiente, nada más levantarme, recibo un mensaje de Carlos en el que me
comenta que me espera en Las Estaciones a las cinco y media de la tarde, aunque
no le importará esperarme si tardo un rato más.
De
primeras, tengo la tentación de pedir a mi madre que baje a Lara, pero no
quiero ser una cobarde. Ya que Carlos sabe de la existencia de Sofía, no debo
ser injusta con él.
Chica Blue
Necesidades humanas
1.AIRE, AGUA Y COMIDA( países tercermundistas)
2.SENTIRNOS SEGUROS( la mas difícil para países en desarrollo)
3.TENER A ALGUIEN A QUIEN AMAR (La mas difícil en los países mas desarrollados)
Cada sitio no es el mismo eso esta claro, nuestras necesidades son importantes, pero debemos pensar que no estamos solos encontraremos a alguien por eso no hay que preocuparse, me preocupan mas las dos primeras como estoy segura que al resto todos tenemos derecho a comer,beber, respirar, sentirnos seguros, pero ante todo ser libres y felices.
2.SENTIRNOS SEGUROS( la mas difícil para países en desarrollo)
3.TENER A ALGUIEN A QUIEN AMAR (La mas difícil en los países mas desarrollados)
Cada sitio no es el mismo eso esta claro, nuestras necesidades son importantes, pero debemos pensar que no estamos solos encontraremos a alguien por eso no hay que preocuparse, me preocupan mas las dos primeras como estoy segura que al resto todos tenemos derecho a comer,beber, respirar, sentirnos seguros, pero ante todo ser libres y felices.
lunes, 3 de febrero de 2014
Adios
" Estoy aquí, en el mismo lugar de siempre, sigo siendo la misma persona que cuando hablamos por primera vez. Estaba dispuesta a cumplir todas las promesas que hice, porque si prometo algo tengo el corazón en la mano cuando lo hago, lo digo de verdad.
Tal vez creas que hiciste todo lo que pudiste, pero no es cierto, tus palabras y tus acciones fueron en sentidos opuestos, y me di cuenta de que realmente tus prioridades dejan mucho que desear para mi.
Me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes, pero no ha podido ser. Realmente, yo si lo siento, pero no por mi. Del tiempo he aprendido que las heridas se cierran, que cada vez escuecen menos y que lo que en su momento parecía un mundo se convierte en nada.
No me arrepiento de nada de lo que dije ni de lo que hice, porque en su momento lo sentía así. De este error traté de aprender a no crearme falsas expectativas de la gente, pero no lo he conseguido.
He conocido gente nueva, gente que ha conocido la peor versión de mi, la que tu dejaste, la que creaste, aún así han sabido devolverme la sonrisa. Han estado ahí cuando peor me encontraba, cuando no soportaba nada a mi alrededor, y si tenía un mal día no discutían conmigo o se volvían en mi contra, simplemente amenazaban con hacerme una pelota anti estrés, cosa que agradezco con toda mi alma. Porque era lo que necesitaba, apoyo, no más mierda encima.
Dudé si debía confiar en la gente, aprendí que si, que todos somos diferentes pero siempre hay alguien en quien puedes confiar y que está más loca que tu.
Si dijera que no echo nada de menos sería hipócrita, o mentirosa, como no lo soy, o no considero que lo sea, diré que si que echo cosas de menos, pero tampoco como para no poder vivir.
Si te escribo esta carta, no es para que vuelvas, ni siquiera para que me hables, sinceramente creo que estamos mejor así porque o no puedo tratar normal con nadie y tu no estas preparada para preocuparte por alguien que no seas tu, simplemente me deje por decirte adiós. Adiós."
Echó la carta al buzón, con una gran sonrisa en su rostro. Cogió la gran maleta roja y se dirigió al aeropuerto con una nueva esperanza. La de vivir una nueva aventura lejos de todo, de todos y por fin ser feliz y descansar. Tenía treinta años y se había propuesto no dejar nada sin hacer antes de partir, por eso se había despedido de todas aquellas personas a las que alguna vez quiso decir adiós.
No sabía a donde iría, o sabía que haría, lo único que sabía es que esta vez la decisión la tomaba ella. La única carta que la faltaba por mandar, la de la última persona que la había herido, pero tambien la que lo consiguió por menos tiempo.
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